Por Lorena Piñón Rivera
Quiero ser Presidenta del PRI. Daniel Santos y yo aspiramos a obtener el control democrático del partido. A diferencia de los candidatos de la cúpula, nosotros tenemos la voluntad de inmiscuir a toda la militancia en las decisiones del Partido.
Estamos inmersos en la peor crisis de representación política del PRI, porque el Gobierno del Presidente Peña Nieto, fue evaluado por la mayoría ciudadana como una administración opaca y corrupta.
Esta percepción nos dañó, porque como bien lo afirmó Colosio: “cuando el gobierno actúa, el partido resiente”.
Pero este proceso interno representa la posibilidad de sacudir al partido, para que las corrientes cupulares y autoritarias sean desplazadas por mandato del voto de nosotros, los militantes de a pie.
Quiero ser presidenta del PRI, porque estoy convencida de que el partido tiene vocación de poder institucional y los militantes trabajaremos para recuperar la posibilidad de ser el instrumento genuino de la ciudadanía para elegir buenos gobiernos.
Con todo, para lograr el éxito del Partido, no basta con el esfuerzo de los legisladores locales y federales.
Para ser opción de triunfo, no basta con el desempeño de los ediles y funcionarios públicos.
Para recuperar simpatías, no basta con la guía de los dirigentes de partido y de los sectores y organizaciones.
Para, recuperar nuestra competitividad electoral, no basta con elegir a una dirigencia nacional por consulta a la base.
Para ser fuertes, no basta con la gestión de los Gobernadores priistas.
Para aumentar nuestra representación en espacios de poder público, lo que se requiere es que nuestra militancia esté actuante en la calle, moviendo al partido todo el tiempo y en todos lados.
Tenemos que prepararnos con un plan urgente de activismo territorial para que las demandas ciudadanas y la agenda legislativa del partido pueda prosperar.

Nuestros legisladores tienen una representación marginal, pero eso no nos puede condicionar a esperar mejores resultados en la próxima elección.
Hay mecanismos institucionales que el PRI debe utilizar para gestionar las demandas de los mexicanos y también para exponer desacuerdos.
No hay espacio para agandalles legislativos, porque toparán con una militancia ejerciendo los derechos políticos que nos garantiza la Constitución.
Así, la base del PRI desplegará su derecho de petición, a la protesta y libre manifestación de ideas, además de impulsar leyes por conducto de iniciativas populares.
Hay un autoritario en la presidencia de la república; para bien de México, con la fuerza de los militantes, sacaremos al PRI del silencio, la militancia estará en la calle para mover al PRI en todo el territorio nacional.
A unas horas de que la militancia decida, quiero declarar que Daniel Santos y Lorena Piñón ya ganamos por romper los techos de cristal que pretenden mantener encerrada la visión crítica de los jóvenes priistas.
Nadie tiene derecho a quebrantar los sueños de los jóvenes mexicanos.
Nuestra permanencia en el PRI no depende del resultado del 11 de agosto.
Nosotros actuaremos con madurez y aceptaremos el mandato de los sufragios.
Yo estoy convencida que ninguno de los nombres que estamos compitiendo, son más grandes que el PRI.
Twitter @LORENAPIGNON
Candidata Joven a la Presidencia Nacional del PRI
