El próximo primero de julio en México se llevará a cabo el proceso electoral más grande de su historia; ya que tenemos elecciones concurrentes, es así que los comicios federales coincidirán con los locales en 29 de 32 Estados del país. A nivel local se elegirá el Gobierno de 8 Estados, 1 Jefatura de Gobierno en la Ciudad de México, 972 Diputaciones Locales, 1613 Ayuntamientos, 184 Concejales y 16 Alcaldías. En lo federal 128 Senadores, 500 Diputaciones Federales y el Presidente de la República. Por ende están en juego 3,223 cargos de elección popular.
Con el objetivo de brindar garantías de transparencia a nivel internacional, para conservar la tranquilidad y cohesión social de la población; se requiere del apoyo de “Observadores Electorales Internacionales”, cuyas funciones son garantizar elecciones libres y transparentes, proteger los derechos de los votantes, controlar la efervescencia social, en el caso de que los candidatos no favorecidos pongan en duda los resultados de la elección evitando así un colapso político.
Los Observadores Electorales, se encargan de dar fe de en los comicios que se celebran, cumplen los requisitos para ser reconocidos por la comunidad internacional, por tal motivo deben ser de diversos países, con fin de abonar a la “democratización”, lo cual permite promover la confianza de la sociedad en la elección y brindar certidumbre. Se ha armonizado su práctica por medio de la “Declaración de Principios para la Observación Internacional de Elecciones”, promulgada por la ONU y respaldada por 45 de las principales organizaciones electorales.
Podemos resumir que la observación electoral internacional puede evaluar si una elección concuerda con los estándares internacionales, señalando recomendaciones específicas para mejorar y demostrar el apoyo de la comunidad a las elecciones democráticas auténticas. Los candidatos deben comprometerse en respetar los resultados que las misiones de observadores validen.
Es por lo anterior que debemos reflexionar en el ámbito nacional, quién de los candidatos a la Presidencia de la República; nos garantiza el fortalecimiento de México en el entorno global; ya que es sin lugar a dudas un punto medular para el desarrollo o retraso en cualquier materia, es lo quien nos puede proyectar hacia los próximos años en el proceso de expansión comercial, técnica, cultural, económico, político; en el entorno estatal y nacional.
Por tal motivo no queda más que esperar los resultados de los comicios este primero de Julio. Sin embargo se debe visualizar desde ahora, que el próximo Gobierno enfrenta grandes retos en materia de política exterior.
(*) Abogado internacionalista y Maestro en Políticas Públicas. Twitter @DGarciaLira