Por José María Tornel y Mendívil
Dentro de los partidos políticos no hay en este momento un sólo adversario real que pueda sacudir a la estructura dirigencial de Morena.
Sin embargo hay un personaje que de triunfar como aspirante a la Presidencia Municipal de Tijuana y en caso de tener una gestión exitosa, puede convertirse en una figura nacional que puede causarle muchos dolores de cabeza a Morena.
Con ustedes, Julián Leyzaola, si gana, no olviden su nombre….
Baja California es el estado más violento de México y el 80 por ciento de los delitos se concentran en Tijuana. La brutalidad criminal que azota esta ciudad debe ser contrarrestada por un liderazgo con carácter que no se doble y que haya manifestado su compromiso de hacer que las calles de esta ciudad fronteriza se pacifiquen. Por eso el perfil de Julián Leyzaola se eleva por encima de todos los demás aspirantes a la Presidencia Municipal, a continuación algunas de las razones.
El militar en retiro ha demostrado que no es un político tradicional que habla de la violencia con verborrea pura, al contrario; Leyzaola tiene la experiencia para elaborar diagnósticos y diseñar estrategias en materia de seguridad ciudadana, puesto que ha demostrado su eficacia como servidor público.
Las estadísticas de sus resultados impactan y enamoran al electorado que aspira a que la tranquilidad sea recuperada: en Tijuana disminuyó en un 75 por ciento los índices delictivos y en la también bravísima Ciudad Juárez la criminalidad se redujo en un 85 por ciento.
Solamente dejó el mando policíaco y sus sucesores perdieron por miedo e incapacidad el control para desgracia de la población de esos municipios que son dos de las ciudades más peligrosas de todo el orbe.
Como jefe policíaco fue excepcional en mantener a raya a los delincuentes, como Presidente Municipal además tendrá la sensibilidad para lograr el rescate de espacios públicos y que las familias de nueva cuenta puedan disfrutar de actividades al aire libre sin temor de ser víctimas de algún delito.
Julián Leyzaola no es un personaje unidimensional que sólo sabe de asuntos militares y policiacos; prueba de ello es su propuesta de vincular a las empresas en el patrocinio y desarrollo de actividades de esparcimiento en sus diferentes facetas culturales, artísticas, deportivas y recreativas. “Si no hay dinero, le pediremos a la iniciativa privada que hagan obras de responsabilidad social”, ha referido Leyzaola.
El compromiso asumido por Leyzaola en esta campaña es genuino porque el mismo ha padecido en carne propia la crueldad criminal. Colaboradores cercanos fueron asesinados y es un sobreviviente porque ha padecido atentados, uno de los cuales lo confinó al uso de una silla de ruedas, sin embargo su voluntad es inquebrantable.
Su discapacidad motriz no ha mermado su valentía. Si Roosevelt dirigió desde una silla de ruedas a Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, Leyzaola tiene la voluntad y aptitudes para dirigir excepcionalmente el ayuntamiento y mitigar la sed de justicia y hambre de progreso de los tijuanenses.
Leyzaola se declara no militante de partido político alguno. Fue postulado por el PES, pero no se mantuvo en la corriente dominada por Morena. Si el país sigue batido en la violencia y Tijuana se pacifica con el ex militar, seguro una buena porción de mexicanos querrán ese ejemplo municipal en todo el país.