Se encontraba confiado en lo que era su segunda elección presidencial. Su experiencia contrastaba con la juventud de su principal contrincante que hasta hace unos meses era Gobernador. El candidato sexagenario iba bien, sin embargo comenzó a perder cuando en un evento público vomitó, lo que puso los pelos de punta del electorado.
La anterior anécdota ocurrió en Tokio, cuando George H. Bush vomitó en las rodillas del Primer Ministro japonés durante una cena entre diplomáticos (VER VIDEO). Bush intentaba reelegirse y veía en Bill Clinton a un pichón que derrotaría porque el estado que gobernaba –Arkansas- no tenía tanta población y por lo tanto su impacto en el imaginario nacional era pobre. El problema es que vomitó y ningún electorado quiere a un Presidente débil y menos con la posibilidad de que muera durante su periodo. Meses después, Bush perdió.
Ayer aquí en México, la bancada federal panista por conducto del diputado federal Jorge López, ha solicitado a la Comisión Permanente que haga un exhorto al Instituto Nacional Electoral para que solicite cuanto antes un certificado médico a los candidatos presidenciales.
En lo personal estoy de acuerdo con esta petición porque considero que la salud de quienes pretenden gobernar este país es un asunto de interés público. Yo quiero saber si los aspirantes tienen algún mal crónico que pueda interferir en su ejercicio gubernamental y resalto esto porque por ejemplo es evidente que Meade tiene vitiligo, pero el hecho de que su piel vaya perdiendo pigmentación, no representa ninguna condición incapacitante.
Eso sí, si llega de Presidente, seguro será muy manchado pero no por maldad, sino porque al tensión de gobernar a algunos los encanece, a otros más les profundiza la alopecia y a el seguro le aceleraría el blanqueamiento. Aunque también estoy interesado en saber que dice su psicólogo porque puede ser un tipo inseguro y nervioso por su enfermedad cutánea.
Del Bronco ni pregunto, porque ese está loquito evidentemente y no tiene la más mínima posibilidad de ganar. Incluso aparentemente Anaya se encuentra sano por su juventud, pero no estaría de más conocer su historial médico reciente.
En cuanto a AMLO, recordemos que el día que se aprobó la reforma energética en el senado sufrió un ataque al corazón. Si, seguramente se ha cuidado pero la dinámica de campaña y la Presidencia pondrá su corazoncito a mil por hora.