Príncipes, Arlequines y Cortesanos
Por Luis Guillermo Franco
El Gobernador de Veracruz Cuitláhuac García tuvo una mala idea que puede significar la muerte de policías modelo. Al ratificar que el 22 de abril es el “Día del Policía Veracruzano”, se le ocurrió instituir un premio para distinguir a los policías más sobresalientes, que se hayan destacado por cumplir con su deber ante la ciudadanía.
Entre las categorías que se galardonarán, se encuentran “Policía del año”, “Valor Heroico” y “Mérito Policial”. Si bien es cierto que un estímulo reconoce a quienes se han distinguido por encima del cuerpo policiaco, también es verdad que la dinámica dispuesta por el Gobernador puede resultar muy negativa.
El asunto es que los postulados a esos premios serán conocidos públicamente, pues sus nombres estarán disponibles en la página de la Secretaría de Seguridad Pública del Gobierno del Estado.
Desgraciadamente a diferencia de otros gremios, los policías al ser expuestos se convierten ellos y sus familias en objetivo del crimen organizado.
Independiente a la presea, tal vez exista un premio económico, sin embargo el costo puede ser muy alto.
Recuerden que en su momento la Marina hizo un homenaje póstumo a un oficial que en el 2009 participó en un operativo para abatir a Arturo Beltrán Leyva. Con la identidad revelada, la venganza se consumó y su familia fue asesinada en Tabasco.
¿Se imagina el simbolismo que tendría para la sociedad veracruzana que su “Policía del año” acabe muerto? ¿Se imagina que los que sean candidatos a “Policías del año” terminen siendo también víctimas de un atentado?
No Gobernador García, los policías veracruzanos no deben ser homenajeados en público, piénselo.
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