Luis Guillermo Franco
Arlequines y Cortesanos
El proceso de sucesión en la administración pública federal ha pasado a su etapa formal, una vez que el Tribunal Federal Electoral ya hizo la calificación de los comicios y ha entregado la constancia respectiva a Andrés López.
Aunque el anuncio de su gabinete se realizó desde la etapa de las precampañas, hay dos futuros secretarios que en particular han exhibido que se encuentran excesivamente relajados ante la alta responsabilidad que sumirán en diciembre.
Un ejemplo claro de ello fue la sorpresa que se llevó Luisa María Alcalde, quien fungirá como Secretaria del Trabajo. Es de suponerse que en su agenda debía tener ubicados a los liderazgos obreros más importantes y la órbita que tendrán a partir del inicio del próximo gobierno. Un cercano colaborador le comentó que el líder de la CTM Carlos Aceves del Olmo será senador y ella no tenía ni idea: “¿Ese va al senado?”, preguntó Alcalde. Curiosamente Alcalde y Aceves fueron compañeros diputados en 2012-2015.
Otra anécdota es la acontecida entre el Secretario de Hacienda Jose Antonio González Anaya y su sucesor Carlos Úrzua. Ambos pactaron revisar escrupulosamente algunos números y para ello se reunieron con sus respectivos grupos de trabajo. Urzúa trae la encomienda del Presidente Electo de disminuir el IVA en la frontera y también bajar el ISR. Cuando el equipo de AMLO escuchó la cifra del dinero que dejaría de recaudarse, se dieron cuenta que sus cálculos no eran los correctos: “¿Tanto dinero dejaría de percibir el gobierno?”, cuestionó desconcertado Urzúa… y claro, de algún lugar tiene que salir el incremento a las pensiones de adultos y las becas para jóvenes.
Muchos andan despistados, ojalá y pronto “agarren cancha”, porque la curva de aprendizaje puede ser muy pronunciada. Aún están a tiempo.
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