Príncipes, Arlequines y Cortesanos
Por Luis Guillermo Franco
En materia jurídica, cuando un delito prescribe es porque han pasado cierta cantidad de años desde que se cometió y por lo tanto el inculpado ya no puede ser objeto de un juicio. Sin embargo hay delitos que por su monstruosidad no deberían prescribir como la trata de blancas, la violación y la pederastia; porque las víctimas de los crímenes antes mencionados y sus cercanos llevan ese pesar de manera permanente durante su existencia.
Esta semana el Presidente del Consejo del Episcopado Mexicano (La FIFA de los sacerdotes católicos en el país) Monseñor Rogelio Cabrera, reveló un dato truculento: en los últimos 9 años han detectado 152 curitas que abusaron sexualmente de niños.
Esto que puede ser objeto de reconocimiento por aceptar que hay integrantes del clero católico que han caído ante la concupiscencia de la carne, en realidad ha puesto al descubierto una serie de dudas que son escalofriantes. Aunque hay datos de identidad que deben ser reservados por ley y pese a que la Iglesia Católica no es susceptible de obligaciones en materia de transparencia, las siguientes preguntas deben tener respuestas:
¿De cuántos niños abusó cada sacerdote?
¿Fueron informados los padres?
¿Cuántos niños violados han tenido terapia de acompañamiento para mitigar el sufrimiento?
¿Cuántos están en la cárcel?
¿Fueron denunciados tanto los pederastas como sus encubridores?
¿El Fiscal General Alejandro Gertz Manero actuará de oficio y solicitará el testimonio del Presidente del Episcopado Mexicano para que se castigue a los 152 sacerdotes que violaron niños?
La ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público en su artículo 12 dice que los Ministros de culto al enterarse de un delito cometido en el seno de la iglesia deben denunciarlo inmediatamente. ¿Fueron denunciados todos o algunos huyeron al verse descubiertos o peor aún, sólo fueron cambiados de sede eclesiástica?
Lo monstruoso es que para la Congregación para la Doctrina de la Fe (la Santa Inquisición 2019), de acuerdo al artículo 7 de sus normas sustantivas (que por cierto no las han publicado en español), el delito de pederastia prescribe a los 20 años después de que la víctima de abuso sexual cumplió 18 años. Este tribunal de sotana asume que los mayores de 38 años que fueron violados por un sacerdote y no lo denuncian, es porque lo consintieron y les gustó.
Eunucos: El Consejo del Episcopado Mexicano dijo que no tenía estadísticas concretas del número de niños abusados. Claro, porque esa no es su función, y esos índices oficiales debe tenerlos la autoridad judicial… suponiendo que hayan denunciado a todas esas bestias con sotana. Es preferible que paguen con la ley de los hombres, el castigo divino no interesa por ahora.
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